Teoria de la casualidad

Como dice un anuncio que corre ahora por la televisión, soy de esas personas que les pone banda sonora a los momentos, a los paisajes... Pero más me gusta la casualidad. Ese instante en el que la música, el momento, el lugar se ponen de acuerdo para crear una situación idílica. Y la casualidad es un hecho.

Shuffle.

Un día cualquiera. Salimos de la oficina. Adiós, hasta mañana. Suena Attack! Attack! "Time is up". Billete, metro, Beatsteaks, billete, tren. Cuatro asientos vacios. Me siento. Me parece una eternidad desde que sali del trabajo. Miro a mi alrededor. Es uno de esos día que no me siento agusto con los otros pasajeros que me rodean. Un tio flacucho con perilla de chivo, chupa de cuero y aspecto desaliñado me mira por encima de las gafa. Enfrente, un chaval encorvado aguanta en su regazo una mochila llena de mierda y encima de ella una revista a la que se acerca tanto que parece que se la vaya a comer en vez de leerla. Un grano del tamaño de un guisante zumba rojo en su cuello. A su lado, se salva un chica joven que simplemente lee.

Intento optimizar la hora de trayecto durmiendo algo, ordenando pensamientos... pienso... Apoyo la cabeza contra la ventana. Cierro los ojos. Suena... Me sobresalta una mujer gordota que se desploma sobre el asiento de al lado. Los cachetes de su culo ocupan una cuarta parte de mi asiento. Me acorruco aun más contra la ventana. Vuelvo a cerrar los ojos. Suena... Pero un incesante y sutil roce no me deja concentrarme en mi descanso. Abro los ojos y miro a mi lado. La mujer rebusca algo en el fondo de su enorme bolso y airea los brazos levemente pegajosos de sudor que sin querer no paran de rozarse con el mio. Siento la necesidad de pasar mi mano por mi brazo, como quitando algo. Pero no lo hago por educación. Se que soy un poco neurótica.

Una, dos, tres, mil estaciones. Salimos de los túneles. El cielo es gris acero y todavia se intuyen algunos rayos de sol que mueren detrás de los edifícios. Dos tercios de los pasajeros de mi vagón se levantan de sus asientos. La mujer también se levanta. La sigo con la mirada. La sigo por el pasillo. La sigo hasta la puerta. La veo apretar el botón, bajar los escalones y andar por el anden. Se cierran las puertas y el tren se pone en marcha. Vuelvo a cerrar los ojos. Retomo pensamientos. Un olor dulce me situa más en mis contextos (la chica de enfrente come chucherias). Suena Lek Mun.

No despierto hasta llegar al pueblo. Chaqueta, caras habituales. Me pongo algo más animado para subir la cuesta interminable. Suena Jimmy Eat World.

Al llegar a casa nisiquiera entro. Abro la puerta y Dana y yo subimos al terrado. Necesito respirar un poco de aire fresco despues de... ¿cuántas horas? ¿11? encerrada en la oficina. Ya es denoche. Luna llena. El bosque ya empieza a oler a otoño, a humedad, a musgo, a madera mojada... El primer momento en todo el día que siento que mi tiempo es mio. Aun no me he quitado los auriculares. Suena "Come alive" de Foo Fighters. Ni hecho a proposito.

Ducha relax. Suena Gotan Project desde la habitación. Enciendo la tele. A oscuras, me siento en el sofá envuelta en la toalla. Como un trozo de delicioso pastel de cumpleaños en uno de mis platos favoritos. Soy sibarita de mi tiempo, de mis gustos, de mis momentos perfectos. Noticias, la crisis, la economia. Me tapo con la manta. Llamará, no llamará, llamará, no llamará, llama... Sueño dulces sueños.


Me despierto... en mi cama... en mi cuarto. Todo esta en penumbras. Apenas me veo las manos. Solo el reflejo de la luz de la minicadena en la pared. El aire huele a jazmín (por el cuenco con flores de la mesita) que se mezcla con el suavizante de las sábanas, suaves. Me tapo hasta los hombros. Noto un suave suspiro en mi nuca y los pelitos cortos me hacen cosquillas. Me doy la vuelta y estas allí. Dormido. Solo con olerlo lo se. Acerco mi nariz a tu hombro, frotandola como los gatitos cuando piden atención. Tú respondes. Levantas tu brazo y me acurrucas contra ti. Acerco mis labos a tu cuello. Esta caliente. Pecho con pecho, estomago contra estomago, muslos con muslos, piel con piel.

Muy flojito, de fondo, suena "Compliments" de Bloc Party, la última canción del cd varios (esta justo después de de "All mine" de Portishead). Idílico. La casualidad, a veces, es perfecta. Vuelvo a dormirme. No hay sueños, ni pensamientos...

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